SUS ROSTROS SE MEZCLAN
en la oscuridad de la noche.
La dulzura de sus palabras
procuran, aún, cerrar
las viejas cicatrices.
Los absurdos temores
huyen, despavoridos,
al dibujarse sus figuras
en las tinieblas de la madrugada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)