LA NOSTALGIA DE LA NAVIDAD

LA NAVIDAD NOS DEVUELVE
lejanas emociones.

Seres queridos regresan
para recordarnos sus enseñanzas,
sus palabras, entrecortadas
y enmarañadas a un tiempo
díscolo, vuelven a sonar
en sensaciones extrañas,
llenas de un frío dolorosamente
amargo.

Formaron parte de nuestra vida,
fueron los baluartes del sendero.

Aquellas Navidades con ellos,
llenas de turrones y mistela,
viendo viejas películas
en la televisión de blanco y negro,
con un papel azul transparente
que permitía abrir la ventana de la imaginación
y contemplar un paisaje desconocido.

No existían los repelentes mandos a distancia,
la magia eran suficiente.

Muchas veces pretendían imponernos
una forma de vida caduca, unas reglas
demasiado estrictas.

Las costumbres habían cambiado,
mas la Navidad siempre traía los mismos sentimientos
aunque las nieves no fueran tan blancas
y las ilusiones ya no vinieran en papel de celofán.

Aquellos seres queridos fueron
los auténticos magos de la Navidad
pero, tras visitar al niño
en un pesebre olvidado,
regresaron con la estrella
dejándonos huérfanos de su palabra.