Escritores en Red

Asociación Prometeo

Red Social Netwriters

martes, 25 de enero de 2011

La cruda realidad

Ya se fueron los días emotivos de la Navidad, las palabras amables, cariñosas. El sosegado tiempo despertó, bruscamente, de su apacible sueño, un fugaz sueño en el que apenas pudo darse cuenta que estaba viviendo sólo una vulgar fantasía, unos días serenos que ocultaban, como podían, la cruda realidad, una realidad oculta tras el hermoso y luminoso resplandor de las luces de colores donde, tras la luz cegadora de neón, había mucha miseria, miles de familias rotas que lo estaban pasando muy mal, no comprendían cómo habían llegado a aquella situación, cómo habían caído tan bajo después de haberlo tenido todo, o casi todo. Eran felices, vivían tranquilos, tenían dinero, trabajo y amor, tres cosas que daba la impresión que no les iban a faltar nunca, siempre estarían ahí, marcando la senda del porvenir; pero no era así, aunque tuviesen el amor como compañero leal, los otros dos componentes se fueron alejando sin apenas despedirse, no quisieron dar las razones de su ruptura y, sin su presencia, el esquema familiar se resiente e, incluso, se resquebraja.

Y ahora, después de esos días llenos de hermosas palabras, de gestos complacientes y de mirar hacia otro lado, hay que afrontar los problemas, que son muchos, es necesario, urgente, unificar posturas, aunar esfuerzos, ir allanando el camino y buscar nuevos caminos, adentrarse por desconocidos atajos, para alcanzar el bienestar de antaño. Se hace imprescindible encontrar a los dos desertores, porque las cosas están mal, muy mal, y hay que buscar soluciones, hoy, ahora. No se puede seguir esperando, mañana es demasiado tarde. Tenemos que dejar de mirar para otro lado esperando a que pase la tormenta, los ‘’brotes verdes’’ no nacen porque si, hay que limpiar la tierra, abonar el terreno e ir regando con el mino y esmero los brotes que vayan saliendo. Entonces, sólo entonces, podremos estar tranquilos, podremos estar satisfechos porque hemos hecho lo que debíamos, pero hay que luchar, poner los medios adecuados. Otros lo hacen, ya lo han hecho y, con gran alegría, recogen las cosechas y en el horizonte les aguardan grandes expectativas.

Nosotros también podemos. Sólo tenemos que trabajar, esforzarnos por ser los mejores, al menos, pertenecer al grupo de los mejores, de aquellos que marcan las pautas a seguir, no podemos resignarnos a obedecer lo que digan los demás, no nos tenemos que conformar con lo que otros no quieren. Tenemos que desechar algo que se repite constantemente: ‘’España es diferente’’, sería un elogio si se hiciera referencia a rasgos positivo del carácter español, como los hay, y en abundancia aunque muchos no los quiera reconocer e incluso, y esto es lo más penoso, pretende destruirlos por miedo al que dirán, por un terror absurdo a herir otras sensibilidades.

Está muy bien respetar a los demás, pero defendiendo, ante todo, nuestras señas de identidad. Los que vienen a España, escapando de las miserias de sus países y se quedan a vivir con nosotros, que se acoplen a nuestra forma de vida, que acepten nuestras reglas, que hagan el esfuerzo de integrarse en nuestra sociedad, pero ellos, no nosotros.

Hay que hacerse respetar mas para conseguirlo debemos hacer muchos sacrificios y, sobre todo, insisto, trabajar duro, luchar hasta la extenuación por pertenecer al grupo de los dominantes, no de los dominados, ofrecer nuestros conocimientos y ayuda, y no aguardar a que nos resuelvan unos problemas que nosotros nos hemos creado. Si nos metemos en absurdos berenjenales hay que tener el coraje y la valentía de buscar la salida adecuada, sin depender de la misericordia de los otros, nadie tiene porqué sacarnos las castañas del fuego.

Sí, amigos, tras unos días de descanso, es necesario ponerse a currar y tratar, por todos los medios posibles, de superar todos nuestros complejos.


Madrid, 24 de enero de 2011

1 comentario:

  1. Me gustó Jose, una reflexión crítica pero a la vez llena de esperanza y compromiso. Ojalá tomáramos todos conciencia de lo que está pasando en nuestras vidas yen nuestra sociedad. Adelante José. Te felicito.Joaquín

    ResponderEliminar