TE ESPERARÉ EN NUESTRO RINCÓN APARTADO
contemplando las viejas ilusiones
del ayer.
No tardes, mi amor.
Sigue la senda marcada.
No te asustes de los malditos
contratiempos del destino
ni de los crueles enanos del tiempo.
Yo, por siempre, te seré fiel
y aguardaré tu regreso.
No importa cuando llegues.
No te haré ningún reproche,
tan sólo quisiera
poder descansar en tus brazos
y comenzar a morirme
de amor.
5 de julio de 2007
lunes, 12 de octubre de 2009
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